- Perú
Después de cinco semanas de prácticas en Perú con la ONG belga ECLOSIO, deseo a través de este escrito expresar una breve reflexión sobre mi experiencia, la cual ha sido enriquecedora tanto a nivel personal como profesional. Mi objetivo principal era estudiar el intercambio de conocimientos y buenas prácticas entre agricultores, en particular a través de métodos de coaprendizaje y de investigación-acción participativa. También profundicé en mi comprensión de los desafíos relacionados con la agricultura familiar y la agroecología en los distritos de La Merced y Aija, en la provincia de Aija, en el departamento de Ancash, en la Cordillera de los Andes, a una altitud que oscila entre los 3.000 y los 5.000 metros.
Para llevar a cabo mi investigación, participé en varios talleres de formación y coloquios sobre agroecología en Perú. Además, entrevisté a una decena de agricultores realizando una experiencia inmersiva. Compartir su vida diaria y acompañarlos en sus tareas me permitió entender mejor los desafíos que enfrentan, especialmente en lo que respecta al acceso al agua y a los mercados locales.
Más allá de mi estudio, tuve la oportunidad de conocer a personas llenas de bondad y generosidad, dispuestas a compartir sus conocimientos y experiencias. Su apertura mental y su altruismo me impactaron profundamente. En la era de la globalización, estos encuentros me hicieron darme cuenta de la urgencia de apoyar la agricultura familiar en un mundo donde los efectos del cambio climático y la malnutrición se sienten cada vez más.
Fuera de mis objetivos de prácticas, esta estancia también me permitió comprender mejor la historia, la geografía y la rica cultura peruana, a través de sus costumbres, su gastronomía, sus danzas y sus fiestas llenas de color.
A través de este mensaje, quisiera una vez más expresar mi más sincero agradecimiento a todos los agricultores que tuve la suerte de conocer, así como a los equipos de Eclosio y Diaconía. Sin su apoyo, su escucha y su organización, no habría sido posible llevar a cabo mi estudio ni vivir una experiencia tan instructiva. Finalmente, quiero agradecer a la Universidad de Lieja y al Centro para la Asociación y la Cooperación al Desarrollo (Pacodel), sin cuyo respaldo este viaje no habría sido posible.
En conclusión, recomiendo encarecidamente esta experiencia a cualquier estudiante de mente abierta, que domine el español, dispuesto a salir de su zona de confort y deseoso de descubrir nuevas experiencias en los campos de la educación y la agroecología en los países andinos.
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Victor Chavanne.